Nos despertamos a las 7.30am en el gran hostel Los Amigos de Flores y nos preparamos sigilosamente tratando de no despertar a nadie (están tod@s durmiendo después de la fiesta de anoche). Tenemos que subir al busito que reservamos ayer por 90QZL/pp, después de regatear con un conductor en un pequeño hostel. ¡Nuestro próximo destino es Cobán!
Así que nos viene a buscar el pequeño shuttle y por mala suerte justo delante del único puente de Flores hay una maratón que se celebra hoy… No podemos hacer más que esperar a que la terminen, y gozar de las vistas que tenemos de buena mañana. Finalmente, a las 10am empezamos nuestro camino hacia el paraíso, aunque el conductor está preocupado para los que van hasta Semuc Champey porque llegarán muy tarde. Exacto, los demás turistas que nos acompañan en el busito se dirigen hacia este famoso lugar. Estamos al tanto de que se trata de piscinas naturales en medio de la jungla, y los visitantes se pueden bañar y explorar cuevas.
En un inicio teníamos la idea de ir, pero ayer cambiamos de opinión y decidimos ir a visitar Cobán. ¿Sabías que se tarda 7-9hrs en busito para llegar a Semuc? (¡Sin contar las paradas!). Llegamos a las 4.30pm a Cobán y mientras descargamos las mochilas, nos preguntamos cómo les irá a los que siguen el viaje hasta Semuc Champey, a dos horas más por camino de tierra y baches… ¡Buena suerte!
Con nuestras backpacks a cuestas, empezamos a caminar buscando el hostal que reservamos a través de booking.com: Casa Tenango. Parece la mejor opción porque es de los más baratos de Cobán y Semuc, aparentemente tiene un wifi genial, lavandería y cocina compartida. Después de caminar 10 largas cuadras llegamos al hostel, que está un poco separado de la carretera principal. Tiene más de 10 habitaciones privadas y un par de dormitorios. Después de un rápido check-in, subimos dos pisos hasta llegar a lo que será nuestra habitación: en la azotea, hay una pequeña habitación con unas fantásticas vistas a la ciudad de Cobán. ¡Vaya sorpresa!
Un hermoso Graffiti de Cobán
La gente es siempre muy simpática
La mejor panadería de Cobán…
…dentro de la panadería!
Hacemos un pequeño viaje hasta el supermercado para poder cocinar algo mañana y cenamos en Casa Pollo (o algo así). Durante el paseo de vuelta al hostel, vemos un grupo de gente acumulada en la calle principal de la ciudad. Mmm… algo se cuece, así que preguntamos a unas mujeres que están sentadas en unas escaleras y nos explican lo que pasa: ¡esta noche hay el desfile de Navidad de Cobán que cruza toda la ciudad! ¡Y sólo faltan 30min para que empiece! Es el tiempo que necesitamos para correr al hostel, dejar la compra en la nevera, coger las cámaras y volver a tiempo para comprar palomitas y ¡disfrutar del desfile!
Marta consigue asiento en la “tribuna VIP”
¡Todo el mundo está esperando!
Palomitas, tortillas, tacos & patatas fritas
Papá Noel lanzando caramelos, máscaras, bailes, vendedores de perritos calientes, una banda tocando música local e incluso payasos mantienen el espíritu festivo: ¡qué fantástico evento! Después de media hora de entretenimiento, la gente se va dividiendo entre los que siguen el desfile y los que vuelven a sus casas. Nosotros vamos a relajarnos en nuestra fantástica azotea.
Al día siguiente nos apetece hacer algo más emocionante y decidimos visitar la cascada más alta de Centroamérica: El Salto de Chilascó! En el hostel nos han asegurado que llegar allí sin transporte propio es bastante complicado pero nosotros queremos aventura, así que allá vamos. El bus Monja Blanca que conecta Cobán y Guatemala Ciudad nos deja en el cruce que lleva hasta Chilascó (20Q cada uno).
Desvío hacia Chilascó
La única conexión que hay para llegar a Chilascó es un busito y pick-ups que van desde la carretera principal hasta los pueblos más remotos pasando por Chilascó. Minutos después de llegar al cruce, una pick-up se detiene a recoger trabajadores que se dirigen hacia la montaña y nosotros aprovechamos para subirnos. Después de media hora detrás de la camioneta y darle 10Q al conductor (sí, aparentemente hay que pagarle), el cielo se va llenando de niebla y nubes grises. Una vez dentro del pueblo, descubrimos asombrados que hay una oficina de turismo. Allí hay que pagar 35Q para acceder a la reserva y nos ofrecen un guía por 100Q o un tour a caballo por 50Q por persona. Al decir que vamos a ir solos, el señor de la oficina nos explica cómo llegar hasta la cascada con una sonrisa.
Caminando por la carretera principal de Chilascó nos damos cuenta de que estamos en un pueblo que ha conseguido preservar todos los aspectos que se podrían imaginar de una aldea perdida en los bosques nubosos guatemaltecos. Un par de tiendas, un comedor y sin lugares donde dormir como hoteles o hostels; ¡prepárate para ser el/la únic@ turista! La gente del pueblo es muy simpática y amable, además de curiosa. Se preguntan por qué hay dos “gringos” paseando por aquí con el tiempo que hace. ¡Buena pregunta!
La caminata hasta la gran cascada es de 2h 15min con niebla, lluvia a veces y con algún pueblerino curioso acompañándonos en partes del camino. La dirección de la ruta es bastante fácil de seguir, sólo en dos ocasiones no estamos seguros de hacia dónde girar, pero sólo con preguntar a los locales y con un poco menos de niebla, te podrás orientar bien. Durante la primera hora y media, el sendero puede ser muy complicado a causa del barro y la humedad, que con el agua empeora y puede producir tramos muy resbalosos o tramos de muy difícil acceso.
La primera parte del camino (nosotros lo llamamos “el cañón”)
Más adelante empezando a descender hacia el Salto
¡Atención! Después de ese terrible tramo, serás recompensad@ con otro camino mucho más agradable y bien señalizado que desciende hasta dos pequeños miradores, otra cascada más pequeña (el “Saltito”) y finalmente el “Salto de Chilascó” con sus 130m de altura (¡no pudimos ver mucho pero en un día de sol las vistas tienen que ser increíbles!)
Durante el camino, tenemos el placer de disfrutar de la compañía de Marvin, un niño que nos muestra lo bien que ha aprendido a ir en bici y la cantidad de campos de papas que tiene su familia. Decide acompañarnos y se convierte en nuestro “guía” hacia la cascada. De vuelta, después de 2 horas caminando los tres juntos y explicándonos historias, le compramos un pastel -se lo ha bien merecido- y aparece el busito que nos llevará de vuelta a la carretera asfaltada. Desde allí, subimos al primer colectivo que se dirige a Cobán (20Q pp).
A pesar de que esta caminata ha sido divertida gracias a las historias de Marvin sobre su familia, sus tradiciones y su forma de vivir, no podemos decir que ha sido algo extraordinario llegar hasta la cascada en sí. El sendero en malas condiciones y sobretodo el mal tiempo han sido las causas de que nos hayamos dicho que algún día tenemos que volver a este lugar sólo cuando el día esté soleado. Conclusión: si hace buen día, no dudes en ir a pasar el día en Chilascó; si hace mal tiempo, no vayas incluso si has conducido hasta allí desde Cobán.
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