Con base en Matagalpa, hoy vamos a pasar el día en Jinotega y la Selva Negra. Viajamos en bus (desde Matagalpa a la Selva Negra: 13C, 30 min) hasta la entrada de la Reserva Natural Selva Negra y de ahí caminamos por el camino de tierra durante unos 15min hasta el control de seguridad. En esta reserva hay la opción de pagar 100C por persona sólo para entrar, o 200C con posibilidad de gastar 100C en el restaurante de la reserva. Nosotros nos decidimos por la primera opción porque vamos a ir a comer a Jinotega más adelante, ¡será mucho más barato!
Esta reserva ofrece varios senderos que recorren diferentes rutas, algunas más largas y otras más cortas, pero bien señalizadas y la mayoría fáciles de recorrer. En el Centro de Visitantes te van a dar un sencillo mapa en el que se ven los diferentes animales que te puedes encontrar en cada zona. Quetzales, monos aulladores, pájaros de todo tipo… ¡Empezamos el día en busca de fauna salvaje! El día está muy nublado y llovizna a cada rato, y a lo mejor es por eso que no vemos muchos animales.
Para ser sinceros, la verdad es que sólo vemos dos monos aulladores encima de nosotros en un árbol altísimo, comiendo hojas tranquilamente a lo lejos. También vemos varios pajaritos de colores pero en general salimos un poco decepcionados porque esperábamos mucho más de la vida salvaje que puede ofrecer esta Reserva. Lo bueno es que el paseo por la naturaleza y sus árboles altísimos es my agradable. Al final del recorrido hay un pequeño lago artificial con patos y nenúfares; un buen lugar para sentarse y relajarse antes de partir.
Volvemos a hacer el camino de vuelta y esperamos el siguiente bus en la carretera principal. Por 20C y 45min de viaje, el bus nos lleva a la estación de Jinotega, un bonito pueblo rodeado de montañas y con una temperatura más fresca. Caminamos por las calles hasta llegar al Parque Central Norte (Parque Carlos Fonseca Amador), delante de la Catedral San Juan Bautista, en busca de los perezosos que viven en los árboles del parque. ¡En serio! Es difícil encontrarlos pero con paciencia y buscando durante un buen rato, encontramos un perezoso encima de nuestras cabezas durmiendo en un árbol, hecho una bolita.
Comemos en un pequeño restaurante que se encuentra dentro del parque y hablando con dos simpáticos pueblerinos nos informan de que el mirador del Cerro de la Cruz es un lugar hermoso con vistas a la ciudad. Para subir hay que cruzar el cementerio municipal, caminar por muchos escalones y en unos 45min de subida intensa, te encontrarás ante unas vistas espectaculares. Nosotros hoy no tenemos tiempo porque debemos encontrar un bus de vuelta a Matagalpa antes de que anochezca, así que nos despedimos de ellos después de un buen rato de cháchara y nos vamos otra vez a la terminal de bus.
¡Ha sido un día bien aprovechado y muy satisfactorio!
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