Santa Marta, situada en la costa del Mar Caribe de Colombia, es una ciudad portuaria que nos ha dejado con mal sabor de boca y consideramos que lo único que tiene de bueno es su nombre… ¡Pues sí! Llegó el día, llegó el momento: nos vamos decepcionados de un lugar nuevo. A continuación os contamos el por qué.
Tenemos varias experiencias desagradables ya desde el primer momento en que pisamos la población. En primer lugar, después de más de ocho horas de bus desde Cartagena con transbordos incluidos, el taxista que nos tiene que llevar al hostel nos deja en una dirección equivocada y nos dice que tenemos que pagar otra vez la misma cantidad (7000 COP). Indignados y enfadados, bajamos del taxi y empezamos a caminar para llegar nosotros mismos al hostel. Una vez en el Mango Hostel, nos dan una habitación diferente a la que habíamos reservado y además es demasiado calurosa…. De acuerdo, esto es mala suerte y todo basado en nuestra experiencia, pero la primera impresión ya nos deja un poco tocados.
Al salir a explorar la ciudad caminamos unos veinte minutos bajo un sol abrasador en línea recta por la calle 11 entre coches, motos, gente poco amistosa y muy poco atractivo arquitectónico. Un policía se acerca a nosotros y nos aconseja cambiar de calle porque estamos en un barrio peligroso, dice, y eso que estamos muy cerca del centro.
Unas de las calles principales en Santa Marta
Bueno, al fin llegamos al centro histórico y vemos la Iglesia de San Francisco, el Parque Simón Bolívar, la biblioteca y el malecón de Santa Marta. Si tenéis pensado refrescaros en el agua, olvidadlo: el agua está muy sucia a causa de la contaminación del puerto y la marina. Aún así está bien pasear y ver la Isla El Morro a lo lejos en medio del agua.
Gente bañandose en el agua frente a la marina
Nos perdemos por el centro histórico sudados y sedientos hasta llegar al Parque de Los Novios y los locales de esta zona; estas callejuelas llenas de bares y cafeterías son lo más bonito que hemos visto hasta ahora, con encanto y llenas de historia. Recomendamos el Café La Canoa: buen servicio, aire acondicionado, platos riquísimos, muy tranquilo buen wi-fi y buen ambiente.
Calle del centro
El Rodadero tampoco nos parece muy bonito. Esta parte de la ciudad, separada por un cerro y delante del mar, es una zona urbana repleta de personas tanto extranjeras como habitantes de la ciudad listas para bañarse en el agua (un agua que, repetimos, no está limpia). En fin, volvemos un poco decepcionados al hostel después de nuestro paso por Santa Marta, ¡pero no todo son malas noticias! Sigue leyendo.
LO BUENO DE SANTA MARTA
Podríamos concluir que a pesar de ser una ciudad con poco encanto, calurosa y agobiante, Santa Marta es el lugar idóneo como base para visitar lo que tiene alrededor.
En primer lugar, tenemos a quince minutos en bus Taganga, una bahía muy tranquila, bonita y con senderos que conducen a diferentes playas poco transitadas. Desde aqui tambien se puede tomar un lancha hasta Tayrona por mas o menos 50k pesos.
La bahia de Taganga
En segundo lugar, la entrada oficial del Parque Tayrona queda a una hora de la gran ciudad y podrás dejar tu equipaje pesado en tu hotel mientras disfrutas de excursiones, playas y jungla salvaje (lee nuestra experiencia en el Parque Tayrona).
Playa de Cabo de San Juan
Por último, Santa Marta es la ciudad anterior a PALOMINO, un pueblito que queda después del Parque Tayrona y es conocido por su tranquilidad, su playa y su ambiente hippy.
Si ya has estado en Santa Marta y has tenido una mejor experiencia, ¡comenta y danos tu opinión! 🙂
¿PLANEANDO UN VIAJE A COLOMBIA? ¡LEE MÁS POSTS A CONTINUACIÓN!
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