Valle Sagrado por tu cuenta: Tercer Día

By Connected Horizons

Ayer, nuestro segundo día de excursión al Valle Sagrado por el área del norte de Cuzco fue muy relajado visitando sitios arqueológicos cercanos, pero hoy queremos pasar más tiempo visitando ruinas, como hicimos durante el primer día que alquilamos el coche. La idea de hoy es visitar los lugares arqueológicos que nos faltan por ver del área este del Valle Sagrado: Pisac (las ruinas y el mercado), Pikillacta, Rumicolca y finalmente Tipon.


De Cusco a Pisac

Después de escuchar tanto hablar de Pisac, famoso tanto por su mercado como por sus ruinas, decidimos dirigirnos hacia allí primero. El “mercado local” se monta supuestamente los martes, jueves y domingos, pero ayer era jueves y no pudimos ir porque estábamos visitando la Rainbow Mountain. Con suerte hoy todavía podremos ver algo. La carretera hasta el pueblo es muy fácil y al llegar, ¡es imposible no ver el mercado! Se podría decir que el pueblo mismo ES el mercado; centenares de tiendas, tenderetes y vendedores vendiendo desde textiles hechos a mano hasta minerales raros, desde joyería hasta llaveros. Pasear por el mercado es bastante bonito y si eres un/a buen/a regateador/a, podrás obtener souvenirs a buen precio.

El “Mercado Local” de Pisac

Llegar a las ruinas es sin duda más difícil y no tan señalizado para los turistas que quieran ir por su cuenta. La carretera que pasa al lado del mercado y del museo (que no tiene ninguna señal que indique hacia dónde están las ruinas), sube por la colina hasta llegar a las ruinas después de 15min en coche. En un punto antes de llegar te harán mostrar el Boleto Turístico en la oficina de control, para poder acceder al parking final de las ruinas.

Entrada de las Ruinas de Pisac

Al llegar a las ruinas nos damos cuenta de que la zona arqueológica está repartida por un área enorme así que decidimos pasear por el lugar más importante, situado alrededor del camino que conecta el parking con lo que queda del “antiguo pueblo inca”. ¡Ruinas fantásticas y unas vistas todavía mejores!

De Pisac a Pikillacta y a Rumicolca

Tardamos dos horas en total para visitar las ruinas y el mercado de Pisac, y después de un pequeño almuerzo, continuamos hacia Pikillacta. Esta vez, llegar a las ruinas es muchísimo más fácil: sólo tenemos que seguir la carretera hacia Urcos hasta el gran cartel que nos indica girar a la carretera de tierra de la izquierda. En menos de 5min por esa carretera pasamos un punto de control y llegamos a las ruinas. En este caso somos los únicos turistas (todo al contrario que en Pisac), ¡no hay ni un solo coche, bus o turista por ningún lado! Y eso nos encanta.

Se cree que las ruinas son lo que queda de una antigua ciudad perteneciente a la tribu indígena Wari (Era Pre-inca), y lo más curioso es que los arqueólogos creen que ¡¡¡en este lugar vivían al menos 30’000 personas!!! Podrías pasarte horas y horas paseando por este lugar, ¡tiene una amplitud de 35km2!

Después de Pikillacta, nuestra siguiente parada es Rumicolca (sin precio de entrada), un pequeño complejo situado a unos 100m continuando por la carretera en la que giramos hacia Pikillacta. Algunas leyendas dicen que era un acueducto para traer agua a la ciudad mientras otras dicen que Rumicolca era la puerta de entrada para acceder a la ciudad de Pikillacta. Fuera lo que fuere, ¡vale la pena detenerse y visitar este lugar!

Puerta o Acueducto de Rumicolca

De Rumicolca a Tipon

De vuelta a Cuzco nos detenemos en el sitio arqueológico de Tipon, nuestra última parada de hoy. Desde la carretera principal del pueblo de Tipon, llegar a las ruinas son unos 15-20min conduciendo por una carretera ascendente entre montañas hasta que el camino se convierte en el parking de las ruinas. Al igual que en Moray, este lugar se relaciona con la agricultura y acueductos para el riego; se teoriza que los incas lo utilizaron para experimentar los efectos de microclimas en diferentes plantaciones utilizando modernas técnicas de riego. Adentrarse en este lugar es una forma perfecta para relajarse con ayuda del sonido del agua. ¡El agua de las fuentes crea una atmósfera maravillosa!

Justo antes de volver a la carretera principal, por casualidad nos encontramos con una especie de celebración y tenemos la suerte de ver danzas tradicionales y vestidos folklóricos.

Y por si esto no fuera suficiente, se nos abre el apetito y decidimos detenernos en un restaurante local y probamos por primera vez en nuestras vidas la delicatessen local llamada Cuy (o la cobaya). Tiene un sabor un tanto raro, ¡pero siempre intentamos probar la comida local!



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