Explorando la famosa Trinidad

By Connected Horizons

La ciudad de Trinidad se presenta ante nosotros como una pintura de color y de muchos contrastes. Vemos por la ventana del bus Viazul las calles empedradas del centro, los humildes negocios para cubanos y los ostentosos restaurantes para turistas. Cargados con nuestras mochilas, nos adentramos en las calles en busca del Hostal La Armonía que encontramos un día antes en Airbnb. La dirección no es la que indica la página web y tenemos que preguntar y caminar y llamar y sudar mucho, pero al final lo encontramos -está más lejos del centro de lo que creíamos-. Pero al conocer la pareja de propietarios, los sonrientes y tranquilos Oscar y Ana Marta, y al ver nuestra habitación, nuestro baño, el jardincito y la cocina que podemos utilizar, decidimos quedarnos. ¡El desayuno está especialmente BUENÍSIMO!

Después de dejar las mochilas y refrescarnos, caminamos unos 10 minutos hasta llegar al centro. En cuestión de dos calles vemos la diferencia entre nuestro barrio -con el suelo sin asfaltar, casas pequeñas y descoloridas, alguna panadería y viejitos sentados en el suelo mirando la gente pasar- y el centro, muy pero que muy turístico, con casas grandes y coloridas, un mercado de artesanía, muchos carteles que anuncian mojitos, zonas con wifi y música en cada terraza. La Plaza Mayor alberga el Museo de Historia y la iglesia de la Santísima Trinidad que representa la ciudad. Justo al lado, la Casa de la Música se erige al final de unas escalinatas donde cada noche cinco grupos musicales tocan uno después del otro. Es muy común ver turistas amontonados en esas escalinatas porque es un punto con buena recepción de wifi.

A pocos metros también se encuentra la Casa de la Trova, bastante más pequeña pero ofrece conciertos durante todo el día. Todo esto se encuentra en el centro histórico; caminando un poco más, a pocos minutos se llega al “centro moderno”, otra plaza con wifi y con servicios “modernos” como ETECSA, Habanatour o Cadeca.

Trinidad es una ciudad pequeña agradable de pasear y de perderse por sus calles repletas de vida, vendedores, niñas y niños, caballos, perros, restaurantes, músicos callejeros. Aún así es muy turística y por eso hay que estar atento a no pagar más de lo que se debe. Hay que regatear incluso para el menú de la cena, ah! Y un consejo: entrar en la Casa de la Música antes de las 19h, porque a partir de esa hora hacen pagar 1CUC a todos los extranjeros que quieran subir las escalinatas.

El segundo día vamos a Playa Ancon por la tarde. Al ser la primera playa caribeña a la que vamos, tenemos muchas expectativas y muchas ganas de ver esas aguas cristalinas que todo el mundo se imagina al pensar en la costa cubana. Pero la realidad es diferente y a nosotros nos desilusiona bastante: pagamos 5CUC para que un taxi nos lleve hasta allí y las nubes empiezan a cubrir el cielo. Cuando llegamos, vemos que en primer lugar hay un gran hotel muy turístico, música reguetonera a todo volumen y a pocos metros una arboleda donde dejamos nuestras pertenencias. Al entrar al agua, que está turbia, removida, caliente y de un color azul marino arenoso, empieza a llover. ¡Qué mala suerte! Aunque a decir verdad, es curioso estar dentro del agua y ver el espectáculo de las gotas de agua salpicando la superficie del mar. Ahora mismo hace más calor dentro que fuera del agua, y ¡vemos peces gato saltar!

Pero ¡espera! Al cabo de 30 min para de llover… ¡y la cantidad de MOSQUITOS que se presenta en manada para robarnos la sangre es incalculable! Eso no hay repelente que lo pare. Marta tiene como 15 mosquitos rondándole por las piernas. Así que… no tardamos en volver a Trinidad. Hablamos con otros turistas y cubanos que fueron un par de días antes a la misma playa y nos la describen como estupenda, cristalina, llena de peces aunque también mosquitos… Nosotros tuvimos mala suerte, pero no volveremos a ir, ¡preferimos descubrir otras playas!

Por la noche, con una familia de italianos que nos hemos ido encontrando por el camino, decidimos rendirnos homenaje e ir a cenar todos juntos en un restaurante de un italiano y una cubana, una mezcla que decidimos conocer. Se trata del restaurante Café Tuti, que también alquila habitaciones lujosas. Estamos solos en la sala, y los propietarios se acercan varias veces a conversar con nosotros. En este restaurante utilizan productos que vienen directamente desde Italia -cosa sorprendente en Cuba- y todo a muy buen precio (las pizzas están entre 3 y 5CUC). En fin, una velada diferente a las cenas criollas que solemos tener, pero sabrosa y ¡con aires muy europeos!

¡Las fotografías que hemos sacado de Trinidad hablan por sí solas!


PLANNING A TRIP TO CUBA? CHECK MORE POSTS BELOW!


[pt_view id=”f12e95aw5h”]

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *