Arte y Música en Cienfuegos

By Connected Horizons

¡Esta mañana no hay tiempo para desayunar! El único bus que va a Cienfuegos (nuestra destinación) sale a las 6.25am desde la oficina Viazul de la calle principal de Viñales. Después de dos paradas y siete largas horas de escribir/dormir/leer, ya estamos aquí. Un par de personas se suman a nosotros a buscar sus maletas antes de que el bus continúe su camino dirección a Trinidad. A primera vista, parece bastante obvio que los turistas no se ven mucho por aquí en temporada baja; comparado con el gran asalto cuando llegamos a Viñales, en Cienfuegos sólo encontramos a una chica ofreciendo su casa particular. Y por qué no… al no tener planes, casa, nada, por el precio usual de 15CUC por noche vamos a ver si nos gusta la habitación.

Después de ir de casa en casa (la primera no nos ha gustado, la otra demasiado era cara, la siguiente muy pequeña…) llegamos al Hotel Colonial dirigido por Manolito. ¡Vaya suerte! Está cerca del centro de Cienfuegos, cuesta lo mismo y ¡la habitación es grande! Incluso reservamos el desayuno para mañana, que nos prepararán en el patio abierto que hay delante de nuestra habitación. El viaje en bus nos ha dejado hambrientos así que decidimos empezar a explorar la ciudad: pasamos a través del boulevard, buscamos un supermercado y terminamos llegando al muelle del Malecón de Cienguegos. Otra vez más la suerte nos sonríe: a pesar de que en el supermercado sólo hemos encontrado agua barata (0.7CUC), cerca del muelle hay un local con barbacoa 24/7 que ofrece pinchos por un par de CUC. Decidimos descansar y comer a buen precio. El muelle está rebosante de vida: pescadores con sus redes pescando, niños ayudando a sus papás, otros vendiendo sus presas y nosotros de fondo disfrutando de este precioso escenario callejero.

Cienfuegos tiene vida propia. Gira a la izquierda y luego a la derecha, como hicimos, y piérdete en calles lejos del boulevard y otros sitios turísticos y lo peor que puede pasar… ¡es descubrir una Cuba auténtica! Gente jugando al dominó en medio de la calle (incluso nos pararon y enseñaron cómo jugar), un vendedor de bicicletas apasionado guiándote hacia su tienda después de que hayas fotografiado su bicicleta, una pareja de ancianos fumando un cigarro cubano y preguntándote de dónde vienes y regalándote una sonrisa, incluso un pintor nos enseña en su taller cómo crea preciosas obras de arte a partir de fotografías. No nos sentimos obligados a nada, ni escuchamos “¡taxi barato y casa barata!”; todo el mundo (por una vez) nos mira con curiosidad en lugar de interés.

Siguiendo el bulevar llegamos al precioso Parque José Martí, rodeado por edificios coloniales como el Teatro Terry, el Palacio del Valle y la Casa de la Cultura. Es un lugar perfecto para relajarse (además tiene punto wi-fi, como la mayoría de los parques) y observar la vida cotidiana como hacen los cubanos. En la Casa de la Cultura también es posible acceder al punto más alto de Cienfuegos (por sólo 1CUC pp). Se trata de una estrecha torre sobre una gran casa colonial con unas vistas sencillamente espectaculares.

También queremos ver qué se cuece en Punta Gorda porque en varias guías aparece como punto de interés. Hay quien va hasta allí en bici-taxi, hay quien va caminando; nosotros estamos en el segundo grupo. La caminata hasta Punta Gorda es de 3-4km al lado del mar, en una calle con palmeras que recuerda a Miami Beach. Al llegar al final, se encuentra un pequeño parque con un par de bares dónde la gente se puede relajar después de la larga caminata. ¿Vale la pena? Consideramos que no; es muy cansado y la meta no es nada excepcional. No creemos que valga la pena ni siquiera pagar un bici-taxi para llegar hasta allí. Nosotros gastamos 1CUC para regresar en bici-taxi y en unos minutos ya estamos de vuelta al Parque José Martí.

Sin ni siquiera darnos cuenta, el atardecer se está extendiendo sobre nosotros. El bulevar se está vaciando, las tiendas cierran, los turistas buscan algún sitio para comer y la música empieza a deslizarse a través de las cortinas de la noche. Música, música, ¡música! Por casualidad esta noche en el Club de Cultura del bulevar escuchamos una pareja mayor (él en la guitarra y ella cantando) obsequiándonos melodías cubanas: suave y fuerte, vibrante y encantador. Delante de este sitio encontramos un restaurante que será nuestro sitio esta noche; aunque es bastante turístico y por este motivo caro, “Te Quedarás” ofrece música cubana en vivo (en nuestro caso un grupo maravilloso de tres músicos) para disfrutar en un balcón pequeñito con vistas de la ciudad. La comida está muy buena, la música es genial y la compañía fantástica: ¡un 10!

Más tarde, de camino a casa, hacemos una última parada de nuevo en el Parque para unos minutos de wi-fi y al cabo de un rato nos damos cuenta de que una tormenta eléctrica se acerca… ¡Ha llegado el momento de la última fotografía! Luego nos perdemos en la noche… A lo lejos, los acordes del Chan Chan se desvanecen lentamente mientras la naturaleza empieza a refrescar la artística ciudad de Cienfuegos.



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