Turisteando en Caye Caulker

By Connected Horizons

Hoy es el cumpleaños de Max y no se esperaba una sorpresa como ésta: ¡sus padres han venido a pasar unos días en Caye Caulker con nosotros! Ayer nos juntamos en Belize City ante la cara estupefacta de Max (¡ni se lo imaginaba!) y hoy de buena mañana hemos subido al ferry hasta Caye Caulker. La primera impresión que tenemos de camino al apartamento de Airbnb es de una isla pequeña y tranquila, con carreteras sin asfaltar, bastantes turistas y muchas bicicletas. Llegamos en un taxi-golf-kart al apartamento (5BZ por persona) y dejamos todas las maletas. Al fin le decimos a Max que pasaremos aquí una semana entera, descansando y disfrutando de la compañía de sus padres. Pero sobretodo y como todos los extranjeros que hay aquí, ¡turistearemos por la isla!

Es bastante útil alquilar bicicletas para moverse por Caye Caulker; casi no hay coches y es rápido y agradable recorrer la isla sobre dos ruedas. Una vez por el centro, nos damos cuenta de la cantidad de compañías que organizan salidas en barco para hacer snorkelling y buceo. Lo más curioso es que los precios son los mismos en todas y cada una de las compañías: 65USDpp salir el día entero a hacer snorkelling con almuerzo incluido y 35USDpp medio día (3 horas) de snorkelling. Es increíble que sea tan caro y no haya opción de negociar, pero al fin decidimos pagar un tour de snorkelling en una de las compañías que no da de comer a los peces, que al menos es mejor para los animales. Al fin y al cabo, seguramente sólo estaremos en Cayo Caulker una vez en la vida, ¡así que adelante!

Salimos a las 10am para empezar nuestro día de snorkelling junto al simpático capitán del bote y el joven rasta que lo acompaña. Nos dirigimos a la segunda barrera de coral más larga del mundo, después de la australiana, y ¡qué espectáculo! Nadamos entre tiburones, coral, manta-rayas, peces de toda clase y hasta una grandísima tortuga que se acerca a saludar. Nuestro guía nombra cada una de las especies que nos encontramos y le seguimos por el camino que va trazando al nadar. Hacemos snorkelling en varios puntos estratégicos y cerca de la isla San Pedro nos damos la vuelta para ver si encontramos un manatee… ¡eso sería como el regalo de cumpleaños de Max! “Han dicho que hoy no se ha visto ningún manatee…”, dice el capitán, pero no se da por vencido y antes de regresar a la playa nos plantamos una última vez en alta mar para probar suerte.

Una barca a lo lejos hace gestos hacia nosotros. Nos dice con sus manos “¡Aquí! ¡Uno aquí!”. Nuestros corazones se aceleran con fuerza. ¿Será un manatee? Nos acercamos con el bote lentamente y efectivamente se trata de un manatee descansando después de un largo día de comer algas marinas. Saltamos al agua y a tres metros de nosotros tenemos un enorme y fascinante mamífero reposando, casi como ausente, como si no le importara que estemos ahí… ¡¡Feliz cumpleaños Max!!

El resto de los días que tenemos en Caye Caulker los pasamos disfrutando de la comida (definitivamente la LANGOSTA es lo mejor que hay aquí y es barata en relación con los precios estándares de este plato), disfrutando de la playa, yendo en kayak por la costa, paseando en bici, escuchando reggae por todas partes, contemplando los atardeceres en la punta de la isla… Para esto último, recordad: ¡Lazy Lizard!. Este bar se encuentra en la punta norte de la isla y es el mejor sitio para deleitarse con la puesta de sol de cada día. De hecho, cada atardecer es un show: la gente se acomoda delante del mar (en las sillas del bar, en el suelo o de pie) y observa atentamente cómo el sol se esconde detrás del horizonte al son de la música del Lazy Lizard y con una bebida en la mano para brindar a la vida. Por último, ¡un aplauso por toda la belleza que acabamos de ver!

Pasar unos días en Caye Caulker no está nada mal para relajarse, disfrutar del ritmo caribeño, turistear y tostarse bajo el sol. Es cierto que es una isla cara y pequeña pero tiene escondites secretos, gente sonriente y cálida, gusto a sal de mar, animales llenos de vida y una luna que brilla tanto como el sol.


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