Ayer no tuvimos la oportunidad de explorar Taná (Antananarivo), así que esta mañana, mientras esperamos el coche de alquiler delante de nuestro alojamiento, decidimos pasear por los alrededores. Al adentrarnos en las calles, nuestros sentidos se abruman con todo lo que nos rodea: ruidos muy fuertes provenientes de coches vintage, olor de polvo elevándose en el aire, básicamente un gran mix de gente, vehículos, ganado y carros moviéndose todos en diferentes direcciones. La vida urbana de Taná es tan caótica que se podría describir como la hermana gemela de Nueva Delhi.
Nuestra caminata nos lleva hasta las puertas de la antigua estación de tren (Gare de Soarano) que por su belleza parece estar en el lugar equivocado en medio de todo este alboroto. Desde la estación realmente nos damos cuenta de la gran cantidad de gente que hay yendo de un lado a otro por las calles. ¡Qué locura! En las aceras, en la carretera, en los callejones; hay personas por todas partes. ¡Y eso sin mencionar los vendedores de piña y café, que están básicamente por todas partes!
Mirando hacia arriba vemos el Palais de la Reine (el palacio real de Taná) sobre la ciudad entera, y justo debajo unas divertidas letras al estilo hollywoodense con el nombre “Antananarivo”; un poco triste diría yo, no hay necesidad de dar a esta ciudad una huella más “internacional”. Por cierto, hoy es una fiesta nacional y desafortunadamente el palacio está cerrado.
Caminando por el Mercado Anakely “empieza la diversión”. En este mercado se puede encontrar TODO EL MUNDO y TODAS LAS COSAS!!! Los centenares de estantes venden y los compradores compran todo lo que te puedes imaginar, desde libros hasta sistemas de sonido, desde verduras hasta preciosos cuadros. Vemos solamente un par de turistas más; ten presente que si no eres de allí, los vendedores insistirán en venderte de todo y esto podría dificultar (como nos pasó a nosotros) disfrutar de un paseo tranquilo en un mercado local.
Vendedor de café en el Mercado Anakely
Por cierto, ¿os hemos contado que nos robaron por 5 minutos? Sí, correcto, nos robaron una pequeña cámara pero corrimos detrás del ladrón (suerte que nos dimos cuenta a tiempo) y conseguimos detenerlo a él y a la cámara. Vaya experiencia…
Carnicero del Mercado Anakely
El intento de robo fue la última gota que colmó el vaso: cansados de todas las formas posibles, volvemos al hotel y encontramos nuestro Jeep esperándonos. ¡Qué alivio! Cogemos las llaves, subimos y decidimos que por hoy hemos tenido suficiente de Taná; ha llegado el momento para ver más naturaleza. ¡Ya llegamos Andasibe!
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