Después de las carreteras serpenteantes e imposibles que cruzamos ayer dirigiéndonos hacia Andasibe, hoy nos despertamos en medio del bosque; el hotel Andasibe (no es barato pero vale la pena, 60€/208k MGA por noche) es el lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza.
Siguiendo la recomendación de muchos, nos despertamos muy temprano para aprovechar del todo la excursión antes de que llegue la masa de turistas. A las 9am formamos parte de los pocos que están cruzando las puertas del Parque Nacional Andasibe -> (Nota: desde el hotel hasta el parque tardamos sólo 10-15min por carreteras llenas de baches, ¡la entrada es fácilmente accesible!)<-. Una vez allí, los guías locales nos “asaltan” con alegría para ofrecernos sus conocimientos dentro de la reserva, y uno de ellos en particular insiste mucho, delante de todos los demás, y nos propone ser nuestro guía.
Sin saber muy bien cómo funciona el sistema, rechazamos amablemente y vamos directos a las taquillas para pagar la entrada (10k-15k MGA cada uno) y allí preguntamos a quién deberíamos decir sí o no para tener un guía. Bueno, ¿queréis saber la respuesta? En la oficina nos dicen que todos estos guías son oficiales y que cuando entremos dentro de las puertas del parque, tendremos el guía que toque según su cola “invisible”. Adivina quién es el que nos toca… Sí, ¡el que insistió tanto hace apenas unos minutos! Nos aseguramos de que habla inglés y rápidamente nos dejamos llevar por él, Ratelo, para empezar nuestro viaje hacia el centro de la reserva.
Inmediatamente nos damos cuenta de que Ratelo, un hombre con aspecto atlético seguramente en sus sesenta, conoce la reserva y toda la fauna y flora como si fuera el patio de su casa. ¡Genial! También nos percatamos de que su inglés es muy malo, así que le decimos que nos hable en francés muy despacio para poder entender algunas palabras. Jajaja es una situación muy divertida, Ratelo y nosotros intentando hacernos entender y buscar un terreno común entre idiomas, algo así como “Franglés”… Después de un poco de explicación sobre cuál es la mejor ruta y qué podremos ver, decidimos hacer la más larga: ¡5 horas de camino que cubre mucho territorio!
En resumen, ¡la caminata es sencillamente increíble! Ratelo no para de localizar animales dentro de la selva, desde arañas hasta lemurs, ¡no hay nada que se le escape! Vemos también un par de Martín Pescador, muchos camaleones, lagartos coloridos, una pitón, una araña extrañísima y muchísimos lemurs.
Podemos ver dos Sifacas Diademados jugando entre ellos:
Un lemur Indri Indri arriba en los árboles:
Un complot de reservados Lemurs Coronados:
Y también un bicho palo:
De vuelta al punto de partida, le pagamos a Ratelo el precio de la excursión: ¡¡sólo 15kMGA (5€) cada uno!! ¡Increíble! 5 horas caminando cuesta arriba y cuesta abajo, guiándonos y enseñándonos los mejores lugares para sacar fotografías. Decidimos darle una propina porque se la ha bien merecido. Ha llegado el momento de almorzar, y le pedimos a Ratelo que nos lleve a donde él come normalmente con los otros guías, porque no queremos seguir comiendo la falsa comida “internacional“ del hotel; ¡vamos a comer comida local!!
Sólo después de 5min en coche por la misma carretera que nos llevó al parque, llegamos a una pequeña choza “restaurante” sin letreros ni nada en el exterior. ¡Allá vamos! Ratelo nos guía y nosotros lo seguimos; entramos y descubrimos que el local está lleno de lugareños comiendo en las mesas. Al inicio, hay unos segundos de extrañeza y aparente rudeza, pero al poco tiempo todo el mundo nos da la bienvenida, nos dan las cartas e incluso ¡intentan conversar con nosotros! ¡Qué cambio!
Gracias a la sugerencia de Ratelo, optamos por pedir arroz con Zebu (pollo) y una bebida caliente de almidón de arroz (sí, estás leyendo bien). ¡Vaya comida, amigos y amigas! Seguramente no es la cocina más top pero los platos en sí son muy sabrosos a pesar de los pocos ingredientes que utilizan. [Nota a parte: definitivamente prueba el pollo porque además te añaden guisantes]. Y todo esto por la mísera cantidad de 8k MGA (menos de 3 euros) ¡incluyendo también la comida del guía!
Más tarde, después de haber vuelto al hotel, quedamos otra vez con Ratelo para caminar de noche por el parque. La verdad es que ¡no vale la pena! Cualquier excursión nocturna que ofrezcan allí NO es dentro del parque, sino en la carretera de asfalto que lleva hasta el parque. Sí, vemos un par de camaleones y a lo lejos hay ojos brillantes, pero nada excitante/imperdible, especialmente porque ni siquiera te dan linternas, sólo las llevan los guías.
La cena, en cambio, también con Ratelo, da un bonito giro cultural cuando nos cuenta sobre su vida, su familia, su país y en fin… ¡Qué personaje! Se levanta cada día para caminar 20km y llegar al punto donde pasa un camión que puede llevarlo hasta la reserva natural y allí trabajar, y lo mismo para volver. Si no hay camión no hay dinero; si hay camión puede que haya dinero pero puede que no haya la suerte de volver a casa por la mañana siguiente. Sin embargo, esta noche se quedará aquí en el campamento con sus amigos, nos dice, porque mañana será de nuevo nuestro guía. Después volverá a su casa para pasar tiempo con su familia.
¡¡Hasta mañana Ratelo!!
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